Uno de los valores más importantes que tiene una vivienda es algo que precisamente suele pasar desapercibido en un primer vistazo. Es precisamente cuando ya nos encontramos habitando un espacio cuando empezamos a valorar la importancia del silencio, del aislamiento acústico con el exterior. Las ciudades son un foco constante de ruidos: coches, obras, vecinos, fiestas, locales de copas… Si habitamos cerca de cualquiera de estos lugares, el aislamiento de vibraciones y ruidos será vital para poder vivir con comodidad. Materiales aislantes como el corcho y aglomerados de madera y fibras minerales son buenos materiales para incorporar a las construcciones.