Cuando nos enfrentamos a algún problema en un pozo, es decir, una vez que este ha dejado de cumplir su función o que no la desarrolla con la normalidad que debería hacerlo, es conveniente identificar el problema y saber cómo actuar. Quizá uno de los procesos más laboriosos según las empresas especialistas en reparaciones de pozos sea recuperar un pozo de agua que se ha secado.
Cuando un pozo de agua se seca, hay dos posibles soluciones: o dejarlo morir cerrándolo o cegándolo, es decir, cubriéndolo con escombros y arena; o recuperarlo para que vuelva a emanar el agua. Esta es una tarea difícil, ya que lo primero y más necesario es saber si esto es posible. Las reparaciones de pozos secos siempre han de ser ejecutadas por especialistas, y empleando los materiales y herramientas específicas para que el efecto sea duradero y el agua salga con la máxima calidad posible, sin poner en riesgo la integridad de la perforación. El agua es un bien que erosiona y debilita las paredes y superficies que forman el pozo, por lo que lo primero que hay que hacer tras comprobar la posibilidad de recuperar el pozo es rehabilitar las paredes de la erosión. Probablemente, una de las medidas a tomar sea la reducción de caudal del pozo, sustituyendo la bomba por una de menor tamaño.