Todos recordamos algo particular y concreto que estaba en casa de todas nuestras abuelas. Algo sobre lo que jugamos durante horas y que al verlo nos transporta a esa época cálida y tierna como es la infancia.
Son los azulejos de los patios andaluces y constituyen el factor común de todas las casas andaluzas. Lo que nos diferencia como cultura y nos hizo famosos antaño.
Sus inicios son antiguos pero su apogeo y culminación se producen con la convivencia en nuestro país de muchísimas culturas diferentes. Evidencia de ello son los diferentes estilos artísticos de nuestros edificios, que nos hace únicos por su variedad.
Un arte con todas sus letras que se consolidó hasta formar parte de la cultura española y especialmente andaluza. Múltiples culturas le han dado formas y estilos diferentes a los azulejos artesanales. Las manos de artistas daban forma, pero lo que hay que destacar son los azulejos pintados a mano. No había objetos iguales que otros, cada uno era irrepetible.
Un oficio antiguo que buscaba su forma, su carácter… hasta que se constituyó en Andalucía como algo esencial. Los azulejos para la decoración fue el elemento básico que aún resiste hasta nuestros días. Es increíble como un arte tan arcaico todavía forma parte de nuestros portales y casas.
Pero lo que siempre lo hará especial y único es el factor artesanal. Entre tanta producción en grandes cantidades ha desaparecido el factor único que representa hacer cada pieza a mano, con un tiempo determinado e intenciones distintas.
Ha habido un giro completo. Lo que antes queríamos por ser tendencia, moda… el factor “lo usa todo el mundo”, ha muerto. La nueva tendencia es buscar tendencia. Y no hay nada mejor que hacer las cosas con personalidad y carácter propio…. Y eso lo hemos estado haciendo siempre en Andalucía con nuestros azulejos.
El carácter andaluz permanecerá vivo en la azulejería, ejemplo de arte y de cultura.